Ya que la peli no respetó el libro, que la vida real lo haga…
El pasado viernes 19 de abril, el altillo del Timberline Lodge, el hotel de Oregon que Kubrick volvió mundialmente famoso gracias a The Shining, se prendió fuego y, de no haber sido por la pronta intervención de los bomberos, hoy estaríamos escribiendo como el tiempo terminó dándole la razón a Stephen King. Acudieron al lugar varias dotaciones de bomberos y, en apenas dos horas, controlaron el incendio que se había iniciado en la zona más alta del hotel. Inmediatamente llamaron a los bomberos y evacuaron al personal y visitantes del hotel.
El histórico hotel no fue el que inspiró a King a escribir la novela (fue el hotel Stanley, en Colorado), pero fue el que terminó utilizando Kubrick debido a que tuvo el clima que requería el rodaje al momento de comenzar su fotografía.
Luego de controlar el incendio, el hotel permaneció cerrado el sábado mientras se arreglaban los daños y se cercionaba que no hubiese zonas peligrosas. Hoy volvió a abrir sus puestas y, dicen las malas lenguas, que Kubrick está sonriendo en algún universo paralelo. O sea, ya lo hizo en vida cuando en enero de 1979 uno de los sets del hotel se prendió fuego. ¿Por qué no lo haría en la muerte?
