Stephen King sobre los tiroteos masivos: «Ya no tenemos nada más que decir»

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No hay solución al problema de las armas y poco más que escribir, porque los norteamericanos son adictos a las armas.

El representante Jared Golden, del segundo distrito congresacional de Maine, ha cambiado su postura y ahora dice que va a apoyar la prohibición de rifles semiautomáticos de estilo militar como los utilizados en el asesinato de 18 personas en Lewiston esta semana. Pero ni la cámara de diputados ni el senado aprobará una ley así, y si el congreso lo hiciera, la suprema corte, tal como está compuesta ahora, seguramente la declararía inconstitucional.

Cada tiroteo masivo es un puñetazo en el estómago; con cada uno, gente sin imaginación dice «nunca pensé que podría pasar aquí», pero cosas así pueden y pasará en cualquier y todo lugar de este país cargado-y-listo-para-disparar. Las armas están disponibles y los objetivos son blandos.

Cuando las armas semiautomáticas son difíciles de conseguir, las cosas mejoran, pero no veo una forma que esto mejore en el futuro. Los norteamericanos aman las armas y parecen estar dispuestos a pagar el precio con sangre.

Originalmente publicado en The New York Times

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