El escritor y productor de la nueva serie de CBS All Access habla sobre cómo adaptó para la televisión The Stand, la obra de Stephen King, justo en este año.
Publicado originalmente en inglés por Gabrielle Bruney para Esquire
“El paralelo con la pandemia me incomoda un poco”, dice el autor Owen King, “porque el sufrimiento de personas reales es una cosa. Y la obra de arte es realmente otra cosa». Los millones que han resultado afectados por la epidemia de COVID-19 son reales; las víctimas del Captain Trotamundos, la súper gripe viral en la ya clásica novela de su padre, Apocalipsis (The Stand, 1978), son ficción. La plaga dramáticamente mortal de esa historia, que aniquila a más del 99 por ciento de la población estadounidense y deja cuerpos llenando las calles, es muy diferente del horror más silencioso que realmente se desarrolla en todo el país, en donde las víctimas del COVID-19 mueren en hospitales colapsados mientras los miembros de esas mismas comunidades disfrutan de comidas en restaurantes o escriben artículos sobre programas de televisión.
Pero aunque las similitudes pueden ser pocas, el momento sigue siendo sorprendente: una nueva adaptación de la novela, una miniserie de CBS All Access (que en Iberoamérica StarzPlay va a estrenar el 3 de enero), está debutando en medio de la peor pandemia en un siglo. Y las plagas reales y ficticias tienen algo en común. Tanto en el mundo real como en la epopeya posapocalíptica, la enfermedad en sí no es la historia principal: es cómo los seres humanos la manejan o mal administran, y cómo afrontan nuestras pérdidas. Y Owen King, apenas un niño cuando se publicó la novela de su padre, es uno de los escritores y productores que llevó la epopeya posapocalíptica a la pantalla chica.
Apocalipsis cuenta la historia de los sobrevivientes de la plaga, quienes enfrentan un choque entre el bien y el mal mientras se congregan en comunidades opuestas lideradas por figuras imbuidas de habilidades sobrenaturales. En Boulder, Colorado, los héroes, que incluyen a Stu Redman (interpretado en la serie por James Marsden) y a Larry Underwood (Jovan Adepo, de Watchmen), se reúnen bajo la guía de la anciana profeta Madre Abigail (Whoopi Goldberg), mientras que los malos acuden en masa a Randall Flagg (Alexander Skarsgård), un vaquero demoníaco vestido de jean. La novela encuentra a los residentes de Boulder reconstruyendo un gobierno representativo. En Las Vegas de Flagg, aquellos que violan las reglas del malévolo dictador son literalmente crucificados.
Para los fanáticos del libro, uno de los mayores cambios entre la novela y la miniserie es evidente en los primeros minutos del programa. La The Stand de CBS comienza en Boulder, con la plaga ya terminada y los sobrevivientes limpiando los cadáveres de los muertos para que la ciudad sea habitable de manera segura. La novela, por otro lado, comienza al principio, con una nueva y misteriosa enfermedad que escapa de un laboratorio militar y mucha tos siniestra. Los primeros episodios de la serie transforman la historia en una odisea no lineal, saltando de un lado a otro en el tiempo entre la acción en Boulder, los primeros días de la propagación del virus y el lento y doloroso viaje a través del país de los sobrevivientes a sus nuevos hogares.
“El panorama de la historia es enorme en el libro”, dice King. «Y así, al crear esta estructura no lineal que se ciñe esencialmente a un punto de vista en primera persona de los diferentes personajes, podés reducir un poco el alcance y hacerlo un poco más manejable».
La decisión de comenzar la historia en los medios de comunicación se tomó mucho antes del COVID-19, pero resultó ser apropiada. Hace que la pandemia sea menos central para la historia, lo que convierte a Boulder en el escenario de la acción principal desde el principio. Si las representaciones extensas de muerte y destrucción viral son lo último de lo que querés ver más en 2020, no te preocupes: si bien esas escenas definitivamente están presentes en las primeras entregas del programa, The Stand no es una versión de nueve episodios de Contagio.
Esta no es la primera vez que Apocalipsis se convierte en una miniserie, lo que también contribuyó a la decisión de darle a la historia un formato no lineal. En lo que respecta a la nueva estructura de la historia, dice King, «creo que parte de nuestro pensamiento fue que la hicieron linealmente la primera vez». La novela de su padre se publicó en 1978 (en español, con el nombre de La danza de la muerte, pero en 1990 se publicó una edición actualizada y ampliada, que llevó la historia de unas 823 páginas ya considerables a unas 1152 páginas gigantescas. En 1994, la historia fue adaptada a una miniserie de ABC escrita por Stephen King y protagonizada por Gary Sinise, Molly Ringwald y Rob Lowe. Durante años, una nueva versión estuvo atrapada en el infierno del desarrollo antes de emerger en CBS All-Access bajo la dirección del showrunner Benjamin Cavell y el director Josh Boone.
King leyó la historia por primera vez cuando era adolescente y al instante le encantó el trabajo (si sos un fanático de Stephen King que no leyó todas las obras del prolífico autor, no estás solo: Owen tampoco ha leído todas las novelas de su padre. «Soy un lector lento ”, dice). Pero como con cualquier adaptación de una obra tan larga, los escritores tuvieron que hacer algunos recortes difíciles. Una de las secuencias favoritas de King que no llegó a la pantalla detalla una red de infecciones, siguiendo la transmisión de la supergripe de un oficial de policía que detiene a un agente de seguros, dándole «más que una multa por exceso de velocidad», a los comensales que el agente de seguros infecta, y así sucesivamente.
«Esa escena es genial», dice King. “Y clama una representación visual, ¿no? Te podés imaginar haciendo un corte, otro corte, otro corte, de las diferentes personas».
La pandemia en curso no es el único paralelo del mundo real presente en la historia. Con el Flagg de Skarsgård, la historia encuentra a su villano en un autoritario populista de cabello rubio que se nutre de la crueldad, y es imposible no recordar al presidente todavía actual. “Una de las cosas de la era Trump es que fue como una canción que nunca deja de sonar. Es como ese zumbido en tu oído que no desaparece nunca ”, dice King. «Y por eso creo que sería falso decir que Trump y la política contemporánea nunca entraron en la conversación, porque incluso si no estábamos pensando en eso, lo estábamos pensando».
Cualquier paralelismo con el presidente actual que exista en la adaptación proviene directamente de la novela, dice King. Flagg “está vendiendo una forma de vida más fácil y sencilla que no existe, donde hay un tipo grande que toma todas las decisiones, y siempre tiene la razón, y podés tener fe en él. Podés dejar de lado toda moralidad y decir: ‘Este tipo lo va a manejar'».
Owen no es el único miembro de la familia King que trabajó para llevar Apocalipsis a la televisión: Stephen King escribió el final de temporada, dándole a la historia un final nuevo y aún por revelar. Pero no es la primera vez que los dos colaboran, ya que coescribieron la novela Bellas durmientes de 2017.
“Lo que me encantó de hacer ese libro fue que llegamos a ser padre e hijo en un momento diferente de nuestras vidas. Quiero decir, siempre somos padre e hijo: eso nunca se detiene”, dice King. Pero trabajar con su padre como adulto fue «solo un momento diferente a los otros momentos de mi vida cuando estaba con mis padres todo el tiempo». Después de la novela, no planeaba hacer «otro proyecto de Stephen King», pero, dice, «sentí que The Stand era tan especial que no la podía omitir».
«Estoy seguro de que diría esto», dice King sobre el enfoque de su padre hacia las adaptaciones. “No podés encararlas pensando, ‘No voy a cambiar nada’, porque no es posible. Ni siquiera querrías hacerlo, porque es de 1975. No hay forma de hacerlo sin ser un poco libre con la historia y pensar en cómo actualizarla. No querría una adaptación demasiado estricta».
